Mundumira en Aretxabaleta, una gran encrucijada multicultural

MUNDUMIRA EN ARETXABALETAMundumira se consolida como una de las grandes referencias de los festivales de las culturas del mundo. La tercera edición celebrada en Aretxabaleta confirma esta tendencia y demuestra que esta idea que nació en las entrañas de esta revista mira al futuro con ganas de seguir dando la vuelta al planeta en un fin de semana de primavera.
El ambiente que llenó la plaza y la calle principal de este pueblo de Debagoiena quedará grabado en la memoria de sus habitantes y de los que gozaron con los más de treinta actos multiculturales que se habían programado.

Durante tres días el corazón de Aretxabaleta palpitó como pocas veces ha sucedido en su larga historia. En este estrecho valle encajonado junto al parque natural de Aizkorri miles de personas gozaron de un fin de semana inolvidable. Mundumira volvió a abrir la puerta a los cinco continentes.

MUNDUMIRA EN ARETXABALETA El efluvio del sándalo de azahar que emanaba de un pequeño puesto al cargo de un senegalés impregnaba parte del paseo pleno de colores, olores y sabores. Los aromas del carbón en el horno o de las infusiones de té de Pakistán, Líbano o India guiaban nuestros pasos.

Para saciar el hambre nos ofrecieron beignet, unos buñuelos de Camerún, talafel, una croqueta vegetal con muchas especias de Oriente, o sabrosos crepes de tradición belga. Para completar el menú teníamos al alcance de la mano pan de amapola o dulces integrales hechos con el cuidado de una artesana murciana. Y para rematar probemos el ron cubano que por medio del Comercio Justo llegó directo de sus productores al otro lado del Atlántico.

Toda una festín exótico que convivía en armonía con nuestros productos de la tierra como son el talo, la sidra (dulce y amarga) o la txahala asada durante doce horas sobre las brasas. La calle de los sabores no dejó indiferente a nadie y esta degustación multicultural se ha convertido en uno de los grandes atractivos de la fiesta.

MUNDUMIRA EN ARETXABALETA

No hay dudas al señalar como el momento más intenso de toda la fiesta al concierto de Kilo Veneno. Sus ritmos andaluces y sobre todo sus letras directas e incisivas despertaron pasiones entre los miles de aficionados que abarrotaron la plaza. “Tengo libertad porque voy contracorriente”, afirmaba unas horas antes de subirse al escenario. En Aretxabaleta encontró ese punto de encuentro con la defensa de causas justas.

El foro solidario mostraba el trabajo de las organizaciones no gubernamentales en los países más necesitados. Porque el sur también existe y quiso estár presente entre los que sueñan con otro mundo posible.

Si hay algo que une a los pueblos es la música, un lenguaje universal que te hace sentir y compartir emociones. En esta edición los sonidos nos transportaron hasta Cabo Verde. De este país africano subió al escenario la hermosa voz de Mariana Ramos y sus ritmos tropicales. No muy lejos, desde Ginea Bissau, el grupo Mamadu mostró su espectacular y tradicional instrumento musical denominado Kora. La denuncia de la opresión vino en forma de ritmos contemporáneos. El hip hop del grupo palestino Dam, incluyendo en el espectáculo imágenes proyectadas, atrajo al público joven.

MUNDUMIRA EN ARETXABALETA

Los sonidos orientales tradicionales fueron interpretados por la Orquesta Árabe de Barcelona, revindicando que no se criminalice a las personas por su creencias. Cuba y Brasil aportó su mirada musical más caliente con Echa Paká y Trío Forróbódó. Y los sonidos de los Balcanes interpretados por Romaní Chavé cerraron el telón de este arco iris musical que abrió puertas y ventanas a un mundo que encuentra en la música su manifestación más festiva.

También hubo oportunidad de conocernos mejor. Muchos encontraron una gran sorpresa en la propuesta creativa de Tomas San Miguel y su mixtura de ritmos partiendo de la tradición vasca. Acompañado de Ttukunak, dos hermanas gemelas que tocan la txalaparta transmitiendo magia en cada golpe, este músico alavés aferrado a su acordeón abre caminos hacia el futuro.

MUNDUMIRA EN ARETXABALETA

Queriendo corresponder a este intercambio de miradas, Mundumira mostró Debagoiena y su impresionante patrimonio natural al mundo. Subimos a las montañas, a pesar del tiempo inestable, y visitamos las entrañas de la cueva de Arrikrutz, gozando de su gran belleza subterránea.

Sin duda es el viaje la forma más antigua de intercambio. Por ello viajamos en vespa por la Península (una aventura denominada Vespaña) con el intrépido Ander Izagirre, en una conferencia audiovisual que reflexionaba sobre nuestros comportamientos cotidianos. O recorrimos las sendas de la historia del alpinismo vasco con el periodista Antxon Iturriza, resaltando la figura de grandes pioneros como aquel montañero de principios del siglo XX de nombre Andrés Espinosa. Siguiendo su estela los escaladores del siglo XXI se batieron en el frontón de Aretxabaleta en la modalidad de boulder. Un espectáculo deportivo que creo una enorme expectativa y que demuestra que lo aparentemente imposible puede ser vencido.

Gracias a todos los que habéis hecho posible esta mirada por el mundo.

 

 

ARETXABALETA - DEBAGOIENA (Gipuzkoa) - EKAINAK 1, 2, 3